La ráfaga de disparos quebró la tranquilidad del río Cuyuní en un ataque perpetrado contra soldados de la Fuerza de Defensa de Guyana que navegaban por una remota vía fluvial cerca del asentamiento de Eteringbang, en la profundidad del Esequibo, región selvática rica en petróleo y minerales que es reclamada tanto por Guyana como por Venezuela.