
La tregua entre los dos principales grupos criminales de Brasil, el Primer Comando de la Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV), anunciada en febrero, naufragó al cabo de solo dos meses. El 28 de abril, fue el Comando Vermelho el que anunció su fin, confirmado también por el PCC, que declaró que “así como la alianza se alcanzó con respeto, el fin se alcanzó con respeto y humildad por ambas partes”. Una facción del CV, sin embargo, declaró la “guerra abierta” al PCC, calificándolo de “enemigo para siempre”. Fuentes de la investigación dijeron a Infobae que el principal objetivo del acuerdo era mejorar la cooperación en materia de narcotráfico y, sobre todo, presionar al Gobierno de Lula para que relaje las restricciones carcelarias de los principales líderes de las dos facciones, Marcos Willians Herbas Camacho, alias “Marcola”, al frente del PCC y Márcio Amaro de Oliveira, apodado “Marcinho VP”, al frente del CV.
Por infobae.com
“Desde el principio, no creí que esta tregua avanzara porque tanto el PCC como el Comando Vermelho comparten intereses comunes. Estos incluyen las rutas de tráfico que se disputan especialmente en el norte de Brasil”, declaró al diario brasileño O Estado de São Paulo el fiscal Lincoln Gakiya, del Grupo de Acción Especial de Combate al Crimen Organizado (Gaeco) del Ministerio Público del Estado de San Pablo. “Difícilmente alguien renunciaría a estos intereses sólo porque la cúpula de la facción así lo decidiera”, dijo. Esto es especialmente cierto en el caso del Comando Vermelho. “A diferencia del PCC, los núcleos del Comando Vermelho en los diversos estados brasileños gozan de cierta autonomía. No todas las órdenes establecidas por el comando central, es decir, el consejo de Río de Janeiro, se respetan realmente en las demás regiones del país”, afirmó el fiscal.
Así pues, las diferencias estructurales entre los dos grupos y las rivalidades locales han hecho imposible una paz duradera. Especialmente en el estado de Bahía, algunos grupos locales nunca han aceptado la tregua, como han demostrado los enfrentamientos de los dos últimos meses en ciudades como Ubatã, Jequié, Ibirataia e Ibirapitanga. Por otro lado, la alianza entre los dos grupos criminales ha resultado positiva en estados muy críticos para el narcotráfico, como el Acre amazónico, en la región noroeste del país, o el Mato Grosso do Sul. A pesar de su papel estratégico al estar en la frontera con los estados productores de cocaína, Perú y Bolivia respectivamente, la tregua en estos lugares ha disminuido la violencia y probablemente, sospecha la policía, ha aumentado aún más los beneficios. Los expertos esperan ahora a ver qué ocurrirá después, si una nueva temporada de violencia o si, por el contrario, cada uno volverá a lo suyo, sin interferencias del grupo rival y, por tanto, potenciándolos. En comparación con el Comando Vermelho, hay que recordar que el poder del PCC es mucho mayor en el mercado internacional, especialmente en la gestión de las rutas marítimas.
Por qué Brasil es clave en el narcotráfico
“Brasil sigue siendo estratégico a nivel mundial por al menos tres razones. Limita con países productores de cocaína, tiene una extensa red logística para almacenar y transportar drogas, y es una zona de navegación a través de buques comerciales y barcos de vela y pesca”, explica a Infobae Florian Manet, coronel de la Gendarmería francesa y uno de los mayores expertos internacionales en riesgos marítimos. En su último estudio, titulado “La talasopolítica del narcotráfico internacional” y publicado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado (GITOC), con sede en Suiza, hace una radiografía exhaustiva del nivel alcanzado por el narcotráfico mundial a través de las rutas marítimas. Brasil juega allí un papel decisivo. “Es un país enorme, con 7500 kilómetros de costa, más de 175 puertos marítimos y más de 50.000 kilómetros de rutas fluviales”, explica Manet a Infobae.
Según el experto, “toda esta infraestructura portuaria, fluvial y marítima muestra un altísimo nivel de conectividad y de relaciones comerciales entre los puertos brasileños y otros puertos del mundo. Si a esto le sumamos el dinamismo económico de Brasil, que exporta enormes cantidades de productos agrícolas o manufactureros a mercados no productores, como Europa, podemos entender cómo esto facilita la exportación de productos ilícitos”.
Además de las rutas, están las bases de apoyo, verdaderos puestos avanzados criminales dirigidos por el PCC, especialmente en África. “Sirven para rastrear las mercancías y luego entregarlas en los mercados de consumo”, explica Manet a Infobae. En Estados Unidos, el PCC ha establecido puestos avanzados en Miami, principalmente para el tráfico ilegal de armas a Brasil, pero también se han detectado miembros de la organización en los estados de Pensilvania y Massachusetts.
Para leer la nota completa pulse Aquí