El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, puso en marcha el martes una dura embestida contra las organizaciones defensoras de derechos humanos, al ordenar que se les retenga el 30% de sus ingresos. La decisión de Bukele, similar a la adoptada por su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, en 2020 para asfixiar a las ONG, se produjo un día después de que policías militares reprimieran por primera vez una protesta campesina a las puertas de su residencia. La intervención violenta de los uniformados sienta un precedente histórico en El Salvador desde la firma de los acuerdos de paz en 1992.